Con solo 30 minutos al día, cinco veces por semana, caminar puede hacernos más saludables y felices. Lo hemos escuchado más de una vez a familiares y amigos pero, ¿cuáles son los beneficios reales de caminar?
Andar aumenta las endorfinas, contrarrestando el estrés, la tensión y la fatiga, también reduce a la mitad las probabilidades de contraer un resfriado, además de trabajar los músculos de los brazos y hombros.
Caminar potencia la construcción masa ósea, disminuyendo así el riesgo de osteoporosis, y fortalece las piernas incluyendo cuádriceps, flexores de la cadera y tendones. Como deporte, quema más calorías que el jogging. Andar también reduce el riesgo de glaucoma, enfermedad de los ojos en la que la presión intraocular aumenta y crea deficiencias en el campo visual además de una pérdida progresiva de la visión.
El Alzheimer es otra enfermedad en la que el riesgo de darse queda reducido a la mitad si se camina con frecuencia. Andar mejora la salud de tu corazón incrementando el ritmo cardíaco y la circulación, y, por tanto, la presión sanguínea hasta por cinco puntos. Además, andar previene el cáncer de colon hasta un 31% en mujeres y mejora el balance previniendo caídas.
No hay motivos que impidan dar un paseo o andar a paso ligero. Una caminata regular resultará efectiva para la energía de nuestro cuerpo y nuestra salud.